Ginger estaba merodeando a las afueras de un pueblo junto con más perros, unas personas maravillosas los detectaron y empezaron a trabajar para conseguir rescatarlos, después de mucho trabajo, paciencia y cariño pudieron coger a Ginger, y posteriormente a otros tres, que también os presentaremos. Ginger llegó muy asustada, pero rápido ha visto que no hay peligro con nosotros y en dos días se ha convertido en una perra súper cariñosa y juguetona, es un encanto, y ha pasado ya mucho. Necesita un hogar donde le den la paz y el amor que tanto se merece y que le den también mucha actividad.